A muy pocos minutos de la ciudad de Córdoba, esta zona ofrece múltiples opciones para pasar un día distinto; entre ellas, actividades que se pueden realizar en Candonga. Acá te contamos nuestra experiencia.
Las Sierras Chicas siempre son una buena opción para dar un paseo y respirar otro aire. Por su cercanía con la ciudad de Córdoba, por la conectividad que brinda la autopista E-53 y por la multiplicidad de lugares que tiene para descubrir.
Por eso, no me canso de recomendarles destinos de esta zona, tanto los que se ubican sobre la ruta, como los que están más adentro, a los que se llega atravesando caminos serranos.
Uno de esos destinos es Candonga, del que ya les hablé en otra oportunidad, pero a la que volví hace unos días invitada por el área de Turismo de la Municipalidad de Agua de Oro, para vivir dos experiencias distintas y súper entretenidas.
Desandando caminos serranos
A Candonga se puede llegar ingresando por El Manzano o por Agua de Oro. Me contaba Ernesto Guillot, coordinador de Turismo de Agua de Oro, que es el río que la atraviesa el que divide las jurisdicciones de estas dos localidades. Por lo que Candonga es “compartida” por ambas a la hora de promocionar los atractivos turísticos de la zona.
Son unos pocos kilómetros los que se deben hacer para llegar a Candonga, pero el camino ya es un espectáculo en sí mismo: va subiendo y bajando, zigzagueando entre sierras y nubes, y mostrando el esplendor de una zona que rebosa de verde y de aves.
Una capilla y mucho por descubrir
El corazón del paraje es la icónica Capilla de Candonga, que con su simpleza y encanto se convirtió rápidamente en una postal emblemática de Córdoba. Se cree que se construyó entre 1720, año en el que se compraron los terrenos, y 1762, fecha grabada en la campana.
Pero a su alrededor hay mucho por hacer y por descubrir. Y a eso fuimos junto a un grupo de colegas y prestadores turísticos de la zona. Al llegar, nos recibieron quienes serían los guías de las dos actividades previstas: Gustavo Castillo, de Chiguanco Ecoturismo, y Daniel Irusta, de Cabalgatas El Bagual.
Luego de una breve presentación, y con las nubes que cada vez se acercaban más al ras del suelo, ya estaba arriba de Pintado, mi guía de cuatro patas que me llevaría a recorrer las sierras de otra manera.
Cabalgata
Daniel tomó las riendas de la excursión y comenzamos a internarnos por unos senderitos angostos, que le iban disputando terreno a la vegetación, pero que empezaban a mostrarnos los encantos de la zona. A paso lento, la cabalgata es una actividad muy sencilla que permite disfrutar y ver a la naturaleza de otra manera.
Subimos y bajamos por las sierras, bordeamos y también atravesamos el río (con bajo caudal), y transitamos por una de las callecitas que nos llevó por el frente de la capilla, para luego volver al lugar de inicio.
Daniel realiza prácticamente todos los días esta actividad y cuenta con diferentes modalidades de excursión, dependiendo la hora y el lugar que deseen visitar. Por lo que es una gran opción para quienes deseen realizar turismo ecuestre.
Un paso por la estancia
La otra actividad que teníamos prevista era una caminata, pero antes visitamos la Estancia Candonga de la mano de sus propietarios María y Alberto para conocer un poco de su historia, de su trabajo actual y también disfrutar del contundente desayuno que preparan en su restaurante.
Tostadas de pan de masa madre, huevos de gallinas felices, fiambre, queso, tartas elaboradas por el gran equipo de cocina, y el exclusivo blend de té de Candonga, todo eso servido en una pérgola, a las afueras del restaurante.
Por los senderos de Candonga
Ya con las energías recargadas, Gustavo nos llevó a adentrarnos en los senderos históricos de Candonga, pero también a conectar con la vibrante naturaleza de la zona.
Lo que Gustavo hace es senderismo “eco afectivo”, tal como lo llama, porque invita a caminar relajadamente, contemplando, admirando, conectando y dejándose sorprender por lo que cada lugar tiene para ofrecer.
El viejo molino de la Estancia, la acequia, los corrales, los morteros, son algunos de los vestigios del pasado que se pueden visitar. También la biodiversidad, con chañares centenarios y una explosión de flores que son un muestrario de belleza.
En lo más alto de las sierras, un mirador nos regala una postal donde la capilla sobresale, y a su alrededor, el cordón montañoso y las nubes hacen lo suyo.
Visitar Candonga y hacer estas actividades es, sin dudas, un excelente plan para el finde largo de Semana Santa, pero también para cualquier día, porque la paz y el aire puro que se respira en este rincón cordobés recarga todas las energías.